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  • mariosersanyam8

SOSTENIBILIDAD Y MEDIO AMBIENTE: ECONOMÍA CIRCULAR

Con el creciente interés y preocupación del impacto de la huella humana en el planeta, reflejado con el calentamiento global y el agotamiento de recursos naturales, se es necesario un cambio en la forma producción y consumo que apoyen el alcance de la sostenibilidad. En este punto es donde repercute la denominada economía circular.


Economía circular


En la actualidad predomina la economía lineal, fundamentada en un incremento progresivo de consumo donde la reutilización y el impacto ambiental se encuentran en segundo plano, acarreando con ello lo comentado previamente. Por ello se requiere la transición a otro tipo de economía que vaya de la mano con la sostenibilidad, siendo esta la economía circular.


La economía circular es un modelo implicado en el máximo aprovechamiento de recursos y la minimización de las materias primas. De forma simplificada, trata de obtener la mayor eficiencia posible que produzca el menor impacto ambiental. Se rige por compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar con el fin de obtener un valor añadido de los productos existentes, prolongando con ello el ciclo de vida de los mismos.




Para la conceptualización de este tipo de economía, en adición con los conceptos anteriores, se aplican las denominadas 7Rs: reflexionar, rechazar, reducir, reutilizar, reparar, reciclar y recuperar. Dando lugar a productos diseñados para ser reutilizados. En este aspecto, se encuentran los términos de ecodiseño y el análisis del ciclo de vida, como piedras angulares de la economía circular.




Ecodiseño


El ecodiseño, en consonancia con la economía circular, es un conjunto de acciones dirigidas a una mejoría ambiental de los productos en todas las fases de vida de los mismos: producción, consumo y fin de vida. Con el objetivo de facilitar su reutilización y reciclaje y añadir el factor ambiental al producto. Se trata de considerar los aspectos ambientales en todos los niveles del proceso de desarrollo de productos.


La aplicación del ecodiseño cobra vital importancia, desde el punto de vista ambiental, pues cerca del 80% de los impactos ambientales se definen en la fase de diseño.


El ecodiseño consta con su propia normativa para acreditar su correcta aplicación y el factor ambiental sostenible de aquellos productos diseñados a través del mismo (UNE-EN ISO 14062 y 14001, entre otras). Sin embargo, para su correcta aplicación, debe seguirse la UNE-EN ISO 14006:2011, poseedora de las directrices para la incorporación del ecodiseño.


Análisis del ciclo de vida


El análisis del ciclo de vida (ACV) es un estudio objetivo basado en un proceso metodológico para evaluar el impacto o cargas ambientales ligadas a un producto o actividad. Se considera la base del ecodiseño y ecoetiquetado, pues es la herramienta que permite determinar el impacto del uso de materia y energía, así como emisiones al entorno, de un producto a través de su identificación y cuantificación. Con ello, se permite establecer estrategias de optimización de esos consumos y emisiones.


El estudio del ACV considera todas las etapas del ciclo de vida del producto o actividad, comenzando con la extracción y retratamiento de las materias primas, producción y distribución, y finalizando con la utilización del producto final y posible reutilización, reciclaje o desecho.


Respecto a las normativas asociadas al análisis del ciclo de vida, se tienen las siguientes de aplicación internacional:


  • UNE-EN ISO 14040. Gestión Ambiental. Análisis de Ciclo de Vida. Principios y marco de referencia. Diciembre 2006.


Acorde con esta norma internacional, un ACV debe incluir las siguientes fases iterativas:


1. Definición y objetivo del alcance de estudio.

2. Inventario del ciclo de vida.

3. Evaluación de los impactos ambientales.

4. Interpretación de los resultados.


  • UNE-EN ISO 14044. Gestión Ambiental. Análisis de Ciclo de Vida. Requisitos y directrices. Diciembre 2006.

Ecoetiquetas


Las ecoetiquetas son distintivos de aquellos productos o servicios que se caracterizan por haber sido elaborados haciendo uso, de manera sostenible, de los recursos naturales. Es decir, certifican que el producto o servicio en cuestión ha sido realizado con prácticas que contribuyen al cuidado y conservación del medioambiente.


A través de estos distintivos se incentiva e informa a los consumidores a escoger productos y servicios con menores repercusiones sobre el medio ambiente, estimulando, a su vez, a los fabricantes a producir este tipo de servicios.


Dentro de su tipología, siguiendo la clasificación de la Organización Internacional de Normalización (ISO), se encuentran tres tipos:


  • TIPO I: consisten en un programa voluntario de certificación a través de un tercero, agregando la imparcialidad, que otorga etiquetas a aquellos productos medioambientalmente preferibles, frente a otros del mismo rango.


En este tipo de ecoetiquetado, el tercero debe seguir unas rigurosas normas ambientales basadas en el ciclo de vida. A su vez, este tipo de certificado asegura que el producto cumple con criterios ambientales y características funcionales, en concordancia con la UNE-EN ISO 14024.


  • TIPO II: denominadas autodeclaraciones ambientales y regidas por la UNE-EN ISO 14021, son ecoetiquetas desarrolladas por los propios fabricantes de productos para declarar o transmitir información sobre aspectos ambientales de sus productos. En este caso, no se da lugar certificación por un tercero.


  • TIPO III: este tipo de etiquetas, descritas en la UNE-EN ISO/TR 14025, se verifican por un tercer organismo ajeno. Proporcionan información estandarizada fundamentada en el análisis del ciclo de vida de un producto o servicio a través de un diagrama compuesto por indicadores ambientales e información para la interpretación del mismo. Son consideradas las ecoetiquetas que ofrecen un mayor grado de detalle.




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